MADAMA BUTTERFLY

 

MADAMA BUTTERFLY

Tragedia giapponese en tres actos de Giacomo Puccini con libreto en italiano de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica inspirado en la obra teatral Madama Butterfly, de David Belasco, a la vez inspirada en el cuento homónimo, de John Luther Long.
Tras el fracaso en su estreno en el Teatro alla Scala de Milán, el 17 de febrero de 1904, Puccini elaboró revisiones posteriores hasta conseguir el éxito en su versión definitiva, en 1907, que es la habitualmente representada en todo el mundo.

Producción musical Teatro Cervantes de Málaga
Producción escénica Palau de Les Arts Reina Sofía

Cio-Cio-San Claudia Pavone
B.F. Pinkerton  Antonio Gandía
Sharpless  Željko Lucic
Suzuki  Nozomi Kato  
Goro  Luis Pacetti
Tío Bonzo  Javier Castañeda 

Orquesta Filarmónica de Málaga
Coro de Ópera de Málaga

Dirección de escena Emilio López
Escenografía Manuel Zuriaga
Vídeo Miguel Bosh
Dirección del coro María del Mar Muñoz Varo
Dirección musical Giuseppe Finzi

Destinado a bordo del navío USS Abraham Lincoln en Nagasaki, F.B. Pinkerton, oficial de la marina norteamericana, y Cio-Cio-San, joven geisha japonesa conocida como ‘Butterfly’ (mariposa), se enamoran y se casan. Él tiene que regresar a los EE.UU. y ella espera durante tres años a que vuelva, aunque su entorno intenta convencerla de que no lo hará. En ese tiempo Cio-Cio-San cría sola al hijo de ambos, nacido después de su marcha. Pinkerton finalmente vuelve y con él su nueva y legítima esposa norteamericana, Kate. Su intención es recoger al niño para criarlo en su país. Butterfly rota de dolor decide quitarse la vida.

Puccini, ya famoso por éxitos como La bohème o Tosca, había quedado muy impresionado por la obra teatral Madama Butterfly, de David Belasco –inspirada, a su vez, en un relato de John Luther Long–, que presenció en Londres en 1900. La ambientación exótica, Extremo Oriente, entonces de moda en Europa, y, sobre todo, la trágica historia de la japonesa seducida y abandonada, que acaba suicidándose, se adecuaba perfectamente a su extraordinaria capacidad de conmover musicalmente. A pesar del prestigio del compositor y de las expectativas, la primera versión de su Madama Butterfly, estrenada en el Teatro alla Scala de Milán en 1904, fue un completo fracaso. Tres meses después, en Brescia, se representó una versión más ágil y proporcionada, recibida con entusiasmo. No obstante, la partitura sufriría aún varias revisiones hasta 1906.
Cuando escribe Madama Butterfly, Puccini se encuentra en la cumbre de su inspiración melódica. Desde el punto de vista técnico domina todo lo que la música de su época ha logrado. Une la poesía más sutil al dramatismo más impetuoso. Es su obra más representada y el papel protagonista es uno de los más deseados por las sopranos.

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